Hay momentos en los que el alma se cansa… oramos, esperamos, y parece que nada cambia.
Miramos a nuestro alrededor y sentimos que Dios guarda silencio. Pero el silencio de Dios no significa ausencia, significa que Él está trabajando en lo invisible, en lo que todavía no puedes ver.
Mientras tú lloras, Él te observa con ternura. Mientras dudas, Él sigue sosteniéndote.
No hay lágrima tuya que Él no haya contado, ni oración tuya que se haya perdido en el aire.
A veces Dios no responde enseguida porque quiere formar algo en ti: paciencia, fe, madurez espiritual.
Quiere enseñarte a confiar no solo en lo que hace, sino en quién es Él.
Porque cuando aprendes a confiar en Su corazón, ya no necesitas entender Su plan.
Confía… aunque no veas movimiento, aunque el camino parezca detenido.
Dios no se olvidó de ti. Está preparando algo mucho más grande de lo que pediste.
“Aún cuando no puedo verte, sé que estás obrando.” — Habacuc 2:3
Más historias
✨ La fe abre caminos ✨
Confía, aunque no entiendas.
Tu proceso no es castigo.